lunes, 13 de enero de 2014

Decir Ndowe tiene un altísimo valor histórico para los playeros.


Decir Ndowe tiene un altísimo valor histórico para los playeros. Revela una descripción geográfica, genealógica y cronológica de unos pueblos con un mismo tronco étnico.
Esta gran comunidad humana que alcanzo' las costas de Camerún, Guinea Ecuatorial, Gabón... entre otras regiones; "no cayeron de un árbol antes de ayer". Tienen un vigoroso pasado y su propia historia en su progreso a través de los tiempos. Gracias al valor histórico de las tradiciones orales de sus gentes; los exploradores europeos, los misioneros, los administradores coloniales y otros europeos fueron descubriendo aquellos pueblos negroides, "sin escritura", para conocerlos mejor. Asi lo fueron reflejando en revistas, libros y demás publicaciones; antes de que los propios nativos de dichas tribus contaran con eminentes intelectuales que comienzan a plasmar en textos sus leyendas, costumbres, tradiciones y cultura.
¿Llegaron a transmitir oralmente todo al hombre blanco? ¿O suministraban la información con reserva?, porque no deseaban que fueran exhibidos como sociedades de costumbres exóticas, muy contrarias al progreso y civilización occidental. Y por mucho que hubieran bebido los europeos de esas fuentes orales, nunca podían conocer totalmente el mundo que nos rodeaba... Nuestras cosas, el significado de nuestros nombres, canciones, creencias, ritos, sentimientos, ideas, etc. Nunca podían entender el sentido de la muerte del anciano más excelso del pueblo; ni siquiera saber el por qué despedirlo como un "ilustre difunto", en una ceremonia de varios días. Tampoco sabrían de la fecha que arrancaron las migraciones hacia la costa, ni los motivos de las disputas tribales... Entonces, ¿por qué darle más crédito a los textos que escribieron los blancos sobre nosotros y despreciar aquellos que narraban los propios nativos?
Decir "Ndowe" es hablar de la propia conciencia de todo un pueblo. Sus orígenes. ¿De dónde vienen, quienes son y hacia donde iban? La revelación de una descripción geográfica, genealógica y cronológica de unos "pueblos hermanos" con un mismo tronco étnico (separados a raíz del reparto de África), cuyas lenguas manifestaban un gran parentesco.
Del tronco Bantú- congolés, desde tiempos remotos arranco' la emigración de los "playeros" en busca de su tierra prometida, aquel territorio donde iban a encontrar la paz, señalando hasta la saciedad sus videntes y caudillos que se hallaba allá donde morían los ríos Muni y Ogwe, sobre todo. Una larga marcha que nació a partir de una dispersión de los pueblos en el Este de África; probablemente en Etiopia, Alto Nilo o Sudan. Se dirigieron hacia el sur por Sudan, donde permanecieron poco tiempo conducidos hasta la cuenca de Ubangui. Desde allí descienden al centro de la región del Congo; durante largo tiempo se quedaron allí. Entre los siglos X Y XII viven en el alto Ivindo. Luego utilizaron los cauces de los ríos Sanga, Ivindo, Abanga y él Como para alcanzar la costa gabonesa un poco antes del siglo XIII.
Otra importante oleada parte de la sabana norte de Camerún, donde recibieron ataques de otros pueblos (esclavistas árabes) y Lichechi. Entonces van descendiendo hacia el sur. Durante el trayecto se topan con dificultades y obstáculos, además de las enfermedades y de las inclemencias del tiempo (tempestades y lluvias torrenciales). Un gigantesco árbol o "Edyabe" que les impide el camino. Según los Bengas al cortarlo les sirvió' de puente cuando cayó, para atravesar un tremendo rio (otra tradición dice que tardaron tres meses en abrir un boquete en el tronco de aquel árbol de enormes raíces y ramas, derribado en una colina que impedía el paso). Y otra vez. Se detienen ante un caudaloso "rio de aguas negras" que les impedía avanzar. Se trataba del Lokondje o el Sanaga. Allí permanecieron varias lunas hasta que una mujer vio como un antílope (Rhombe) lo atravesaba por un vado desconocido, siguiendo ese tramo alcanzaron la otra orilla. Todos los que llegaron después perdieron la oportunidad de cruzar lo, quedaron rezagados y se establecieron en Camerún. Los que avanzaron acaudillados por "Ikelengue" se dirigieron hacia la costa. Varios ataques de los Bakoko rechazaron hasta que atravesaron el rio Etembo (Campo) o Ntem; que cruzaron muy lejos de su desembocadura, para luego ir descendiendo al mar desde la altura de Monte-Bata. Asi fueron ocupando toda la franja litoral de Rio Muni hasta alcanzar la isla de Corisco (Mandji). Desde el siglo XIII el antílope Rhombe es el tótem de la etnia Ndowe.
Ndowe es el nombre que se dieron ellos a sí mismos. El caudillo "Ikelengue", hombre de gran reputación por su potente voz que sonaba como una campana, fue quien difundió la idea de otorgar a todos esos pueblos hermanos que cruzaron el temido "rio de aguas negras" el nombre "Ndowe". Empezó a tener emociones y sentir revelaciones antes de alcanzar la otra orilla. Tenía sensaciones cuando en su cerebro se disparo el pensamiento-" si somos hermanos del mismo tronco, ¿por que' no llevar un nombre que represente a todos?"-. Fue capaz de ver lo que la historia quería decirle. Su arenga fue clave para que todos los playeros que vadearon ese rio guiados por el antílope, tomen conciencia de lo que eran; una identidad con la autenticidad de ser parte del mismo pueblo. Un amplio abanico de tribus: Batanga, Iyasa, One, Bueco, Kombe, Bapuku, Banoko, Avandje, Mooma, Vendo, Mapanga, Marry, Bodele, Bobenda, etc. La critica si la hubo, no le perturbo nunca lo mas mínimo. Y tuvo que explicar el significado del término "Ndowe".

Continúa...

Luis Lucia Ubango