jueves, 4 de diciembre de 2014

¿Diálogo Nacional? Estrepitoso fracaso del Monólogo del Fauno de Akoakam, Teodoro Obiang Nguema Mbasogo

La situación económica de Guinea Ecuatorial e incluso la financiera, según algunas fuentes solventes es muy delicada, a pesar de la cara de póquer que pone todo miembro del régimen cuando se le pregunta por el particular. Ya pasaron aquellos tiempos en que la crisis económica, que causaba estragos en otras partes del mundo, provocaba una sonrisa despectiva en el dictador; seguro de la fortaleza económica de su república bananera. Este individuo, en lugar de poner su barba a remojo, se sonreía con aires de grandeza. Ahora ya han llegado las vacas flacas y con ellas, la necesidad de “socializar” los problemas económicos-financieros, extendiéndolos a todos, incluida la oposición interior y exterior: Los ingresos y los beneficios son privados para el clan; pero cuando llegan los problemas hay que a todos, incluida la oposición.
Esta es en realidad una de las principales razones de la repentina convocatoria de una mesa de diálogo en la que el régimen dictatorial pretendía demostrar sus dotes de democracia, “permitiendo” a la oposición en el exilio insertarse y participar en el régimen dictatorial tras un mini-maquillaje de sus mejorables leyes. Desde luego, la falacia de tan cacareada mesa de diálogo de Obiang Nguema, como ya dijimos, era una crónica de un fracaso anunciado; aunque le ha servido, una auscultación de los partidos de la oposición participantes en la mesa, para clasificar a cada uno de los participantes. A todo esto, hay que decir que las Plataformas CEIBA y CORED se negaron a participar en esta pantomima si no se cumplían previamente algunas condiciones de diferente índole. Ya antes del comienzo de la susodicha mesa de diálogo, se vio de inmediato cómo algunos sufridos exiliados regresaron de Gabón a Guinea Ecuatorial a besarle la mano al dictador, de rodillas y bendiciendo su benevolencia al “perdonarles” su pecado de haberse exiliado, huyendo del país. Durante el tiempo en que duró la mesa de diálogo, los miembros del régimen amenazaron, acosaron, hostigaron e incluso molestaron a varios miembros de la oposición. Es más desde el minuto1, se vio que la mesa de diálogo no tenía ningún sentido ya que se estaba desarrollando como lo dijimos: Sometimiento y nada más.
Una de las repercusiones más relevantes de la falacia del monólogo del fauno (Diálogo Nacional) de Akoakam, Teodoro Obiang Nguema, es la represión interior entre sus propias filas.
Así, se dice que Armengol Ondo Nguema, hermano del dictador, mandó ejecutar al Alférez Juan Engonga en Bata debido a ciertas críticas desfavorables de este sobre el fracaso del Dialogo Nacional.
A este asesinato hay que añadir el ahorcamiento con alevosía y nocturnidad del Gobernador de Wele Nzas, Deogracias Olomo Abia alias Alandy, que fue asesinado en su poblado natal Mongomo, por haber criticado los resultados del Dialogo Nacional; a raíz de lo cual recibido el día anterior la noticia de que el dictador le llamaba urgentemente a Malabo. Dicen que Deogracias Olomo Abia había hecho varios comentarios entre varios amigos exponiendo su malestar por el fracaso del Dialogo Nacional y la ocasión perdida.
Definitivamente, Obiang Nguema no puede ser interlocutor válido para resolver el problema socio-político de Guinea Ecuatorial. Pensar que los partidos políticos (partidocracia) son más importantes que los Pueblos de este país multinacional es un error de bulto. Volvemos a repetir la secuencia lógica de la resolución de Guinea Ecuatorial: Deberían sentarse los Pueblos (Ambo, Bissió, Bubi, Fang, Ndowé) y establecer un diálogo sincero en igualdad de condiciones para -tras perdonarnos y terminar con la impunidad reinante actualmente- sentar las bases del país que queremos para el bien común, lo que debería desembocar en una nueva Constitución más democrática. Solamente después de esto, se pasará la palabra a los partidos, que tendrán luz verde para conducir el país democráticamente, respetando todos los derechos de las personas y de los pueblos, sin corrupción ni dictaduras.
Sàngo à Mboka